Carlos Cruz-Diez es uno de los grandes protagonistas del arte contemporáneo. Su obra y sus escritos lo sitúan como el último gran pensador del color del siglo XX. Su trabajo ha aportado al arte una forma nueva de conocimiento del fenómeno cromático, ampliando considerablemente su universo perceptivo.
Cruz-Diez propone el color como una realidad autónoma, evolutiva donde la implicación de nuestros sentidos revela acontecimientos cromáticos en desarrollo. Acontecimientos que tienen lugar en el espacio y en el tiempo real, sin anécdotas ni referencias, desprovisto de simbología, sin pasado ni futuro, en un presente perpetuo.
Sus obras nos invitan a otra relación de conocimiento, donde el espectador puede descubrir su capacidad de crear y destruir el color con sus propios medios perceptivos, encontrar su propia resonancia afectiva y vivir una experiencia individual.
Él mismo se describe como un artista que practica la disciplina del investigador, “porque los soportes que he logrado estructurar son fuente de sorpresas y de imponderables... En mis obras nada está hecho al azar, todo está previsto, programado y codificado. La libertad y lo afectivo sólo cuentan a la hora de elegir y combinar los colores, tarea a la que impongo una única restricción: ser eficaz en lo que quiero decir. Es una integración de lo racional y lo afectivo. Yo no me inspiro: reflexiono.”
Sus obras figuran, entre otras importantes instituciones, en las colecciones permanentes del Museum of Modern Art (MoMA), Nueva York ; Tate Modern, Londres ; Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris ; Centre Pompidou, París ; Museum of Fine Arts, Houston ; Wallraf-Richartz Museum, Colonia ; Geffen Contemporary, Museum of Contemporary Art (MOCA), Los Angeles ; Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Washington, D.C ; Louisiana Museum of Modern Art, Humlebæk.
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