La Cromointerferencia surgió un día de 1964 cuando Cruz-Diez estampaba con la técnica serigráfica una serie de tramas de Color aditivo sobre las que decidió superponer una lamina de plástico transparente con el mismo configuración de las líneas. Mientras que movía la impresión transparente sobre los módulos de Color Aditivo, constató la aparición de interferencias de colores que se modificaban cada vez que la trama superior deslizaba sobre la inferior. La intersección de lineas y motivos ocasionaba trastornos de la visión y por tanto, producían gamas de color que no existen químicamente o realmente sobre el soporte/medio. Las llamó “falsos prismas” porque reproducían el espectro completo de la luz sobre un soporte material y opaco.
En este contexto, cabe señalar que las variaciones cromáticas de la Cromointerferencia, según la naturaleza del soporte, pueden ser aditivas o sustractivas. Son aditivas cuando se trabaja con soportes opacos (papel, cartón, etc.), como en el caso del Color aditivo, que se inspira en la aparición de una línea virtual más oscura donde se encuentran dos planos de color. Son sustractivas en el Ambiente Cromointerferente, en la Pirámide Cromointerferente y en la Experiencia Cromática Aleatoria Interactiva, porqueno se basan en medio físico existente, deben su existencia al color sustractivo. Este fenómeno de color sustractivo se produce cuando los rayos de luz coloreada - producidos por proyectores o por los píxeles de una computadora - se interceptan en el espacio, provocando un cambio de tonalidad/lo que cambia su matiz.
Ambiente Cromointerferente, 1965/1974
Los Ambientes Cromointerferentes fueron concebidos por Cruz-Diez en 1965, cuando diseño el Laberinto de Descondicionamiento con el fin de crear en el espacio una situación/un evento en el espacio, una experiencia de desmaterialización, transfiguración y ambigüedad del color a través del movimiento.
La proyección de los “módulos de acontecimiento cromático” sobre las personas y objetos, participa virtualmente en el cambio de su forma y de su condición. El movimiento constante de la proyección asigna a los visitantes una doble función de “actores” de la experiencia y “autores” de un acontecimiento cromático que evoluciona en el tiempo y en el espacio reales.
Fijando la mirada en nuestras sombras/siluetas y en las de los objetos proyectados sobre las paredes, tenemos la sensación de desplazarnos en sentido contrario a las líneas de colores en movimiento. Se establece un diálogo entre la variación de las interferencias cromáticas y la permanencia de las sombras sobre los muros. shadows.
Es más que la demostración de un fenómeno puramente físico. Aquí, el color es una expresión pura, un estado experimental que afecta directamente la sensibilidad de todos. De hecho, en la naturaleza, el color no existe en estado puro de forma aislada, sino siempre a través de la interacción.
Frank Popper – Catálogo, Pabellón de Venezuela, XXXV Biennial de Venecia, 1970